El clima continental de Madrid hace que los inviernos sean considerablemente más fríos que en otros lugares y para soportar los rigores del invierno, no hay nada mejor que acomodarse en lugar cálido y tomar un buen plato caliente. A la típica gastronomía «de puchero» se suma en estos días de invierno el delicioso chocolate con churros, un tentempié perfecto para cualquier hora del día.

Con una larga tradición en las mesas españolas, el chocolate a la taza no solo ayuda a entrar en calor, sino que además ofrece numerosos beneficios para la salud: es una fuente de calcio, reduce el estrés, baja la tensión arterial y el colesterol «malo», reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y contiene flavonoides, que poseen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y analgésicas y reducen la resistencia a la insulina.

Aunque el chocolate caliente es una bebida consumida en prácticamente toda Europa y América, cada país tiene su estilo a la hora de prepararlo y servirlo. La variante española es algo más espesa que la de países como Suiza o Estados Unidos y suele servirse acompañada de churros, buscando un equilibrio excelente entre el sabor dulce y amargo al mismo tiempo del chocolate y las notas saladas y la textura crujiente de los churros.

Prácticamente cualquier bar o cafetería sirve chocolate con churros, pero el lugar más típico para tomar este tentempié son las churrerías. Una las más populares de Madrid es la Chocolatería San Ginés, muy cerca de la Puerta del Sol. Fundada en 1894, su éxito ha propiciado la apertura de «sucursales» en otras ciudades del mundo. Abre todo el día todos los días del año. Muy cerca, también en la zona de la Puerta del Sol, se encuentran La Mallorquina, una pastelería fundada en el mismo año, y la Chocolatería Valor, con una amplia selección de chocolates gourmet. Destaca también La Antigua Churrería, en pleno Barrio de Salamanca. Fundada en 1913, la empresa cuenta con locales en distintos puntos de la capital y hace envíos a domicilio.

Así pues, si no le apetece tomar el chocolate con churros en un concurrido local, puede encargarlo para que se lo lleven a casa. O también puede dar un paseo de 10 minutos hasta la Churrería Madrid 1883, en el número 8 de la calle Espíritu Santo (Malasaña), para abastecerse de churros y después preparar el chocolate en la cocina de su lujoso apartamento de Génova 5 para tomarlo recién hecho. Si quiere hacerlo al estilo tradicional, caliente leche con trozos de chocolate y remueva hasta que se fundan, llévelo a ebullición y retire del fuego. ¡Le encantará!